Friday, March 29, 2024

CLA ¿Grasa adelgazante?

Si lleváis algún tiempo entrenando y estáis además interesados en alcanzar el máximo desarrollo corporal y mejor rendimiento físico, sin duda sabéis que en ambos casos es indispensable alimentarse correctamente.

Y en el campo de la nutrición cada día se aprenden nuevas cosas acerca de los nutrientes, así como se descubren nuevas sustancias alimenticias de interés para los atletas.

Precisamente gracias a los estudios, las grasas han dejado de ser vistas como el mayor asesino de la sociedad y el factor que destruye la línea de los deportistas, porque ahora sabemos que hay grasas buenas y malas.

En lo único que coinciden todas ellas es en que proporcionan nueva calorías por gramo, pero luego y debido a sus distintas configuraciones químicas, cada una juega un papel muy distinto en el organismo.

Además de los famosos omega 3 y 6, así como los triglicéridos de cadena media, existe una grasa muy especial y beneficiosa que es el ácido linoléico conjugado, o CLA.

Hace casi una década que esta grasa, que se suele encontrar en la carne de res y en la leche y productos lácteos, especialmente de ganado alimentado orgánicamente, saltó a la palestra por sus propiedades beneficiosas, pero el interés de los deportistas provenía del hecho de que en algunos estudios se había puesto de manifiesto que con su administración se aceleraba la adquisición de masa magra y se reducía la grasa.

Pronto empezó a comercializarse como parte de productos dietéticos con el argumento de que el CLA es una grasa que elimina la grasa corporal.

¿Una grasa anti grasa? ¿será posible?

Como sucede con tantos nuevos suplementos, los unos afirman que sí funciona y otros que no, pero la respuesta definitiva puede que no sea tan sencilla de encontrar, porque entre otras cosas las diferencias entre las dosis pueden ser la clave.

Recientemente se ha efectuado un estudio con 16 hombres jóvenes que no hacían ejercicio, entre los cuales se formaron dos grupos, uno recibió cuatro gramos de CLA diarios y el otro un placebo consistente en aceite de girasol.

Los investigadores midieron los niveles de tolerancia a la glucosa a las cuatro y ocho semanas del estudio y descubrieron que el grupo que recibió el CLA mejoró sustancialmente su sensibilidad a la insulina.

Ahora bien, la interpretación de ese estudio puede ser que al aumentar la sensibilidad a esta hormona, la que almacena la glucosa y fomenta la creación de tejido graso si esa glucosa no se quema por los músculos, el transporte de aminoácidos y glucosa aumente a las células, al tiempo que es más improbable entonces que se pueda convertir en grasa corporal.

No obstante, es preciso subrayar que la dosis del estudio era de 4 gramos para personas de alrededor de 80 kilos de peso, mientras que muchos productos comerciales proporcionan menos de un gramo.

Cuanto menos, el CLA ha demostrado que es una grasa muy versátil.

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