Si nuestros propósitos son todavía más serios y estamos dispuestos a invertir un poco más -merece la pena-, podemos y debemos solicitar la ayuda de un entrenador personal, que hoy existe en casi todos los gimnasios grandes.
En ese caso, resulta importante solicitar primero referencias y mantener después una entrevista con quien hayamos elegido, para exponerle nuestros propósitos, comprobar si nos atiende adecuadamente y saber si está dispuesto a cumplir lo que pedimos.
La figura del entrenador personal aparece en Estados Unidos a finales de los años 70, y en España lo hace a mediados de los 90.
El crecimiento de los gimnasios y del nivel de vida permiten que muchas personas con ciertas posibilidades económicas y deseos de mejorar su salud y su figura, contraten los servicios de un entrenador profesional -generalmente buen conocedor del tema y certificado por prestigiosas academias-, para recibir las clases de la especialidad que han elegido.
Por lo general, se prefieren las pesas debido a dos razones: pueden adaptarse al nivel de acondicionamiento de cualquier persona de cualquier edad, y producen resultados más completos y más rápidos.
El entrenador personal -representante de una nueva profesión con mucho futuro-, entrevista primero al cliente para conocer sus pretensiones y deseos, le pregunta por sus enfermedades y problemas físicos -suele solicitar un historial médico-, prepara después un programa de entrenamiento y nutrición adaptado a las necesidades del alumno, lo explica y lo comenta con él, detallándole las ventajas que le proporcionará seguirlo, le acompaña mientras lo practica, corrige sus fallos, le estimula a esforzarse, le diseña una dieta idónea, le informa sobre particularidades de anatomía, fisiología y nutrición y, finalmente -y esto resulta muy valioso suele convertirse en confidente y amigo.
De ahí la doble importancia del entrenador personal -física y psicológica-, una opción que siempre sale más barata de lo que parece, y algo que aconsejaríamos a cualquier principiante que se acerque a un gimnasio por primera vez.
En muchos casos, diez o doce sesiones de iniciación a cargo de un entrenador personal experto y comprensivo sirven para encarrilar al cliente y hacer que no se sienta extraño en ese mundo excitante pero desconocido que para muchos es el gimnasio.