Tuesday, March 19, 2024

Tamaño muscular ¿Hasta cuando es aceptable?

¿Hasta qué punto el tamaño importa? O también podríamos preguntar ¿Cuál es el adecuado?

Esa cuestión planteada así tiene connotaciones estéticas y éticas, pero incluso esa duda puede tener repercusiones más profundas, por ejemplo, ¿hasta qué punto puede ser bueno o malo para la salud desarrollar los músculos?

Los culturistas acérrimos buscan alcanzar las máximas dimensiones de su musculatura, cuanto más grandes sean los músculos tanto mejor.

Para ellos esa es la esencia por la que se entrenan y constituye prácticamente su único objetivo.

Pero hay muchos otros atletas y practicantes del entrenamiento con pesas para los cuales el tamaño de los músculos es importante, sin embargo éste tiene o debería tener un límite que no habría que rebasar.

Es más, muchos de los aficionados y entusiastas del fitness y el culturismo, también discrepan de que el trabajo muscular tenga obligatoriamente que estar encaminado hacia la consecución de la máxima hipertrofia muscular.

Como tantas otras cosas en la vida, en esto también hay discrepancias y distintos puntos de vista y por supuesto cada uno argumenta en su favor porque cree que su enfoque es el correcto. La discrepancia es legítima.

En busca del límite

Los que piensan que el tamaño de los músculos debe tener unos límites razonables, sostienen que el excesivo volumen es el causante de la pérdida de aceptación del culturismo por el gran público, que no conecta con especímenes de la envergadura de los culturistas profesionales actuales.

Está claro que los que así piensan no ven bonitos o estéticos físicos de músculos enormes.

En este mismo sentido se manifiestan los seguidores del culturismo femenino, alegando que en su momento el excesivo volumen de los músculos alcanzado por las competidoras de culturismo, hizo que los millones de mujeres que hace tres décadas se entrenaban religiosamente con el objetivo de aumentar su musculatura, dejasen de hacerlo por temor a obtener los mismos físicos de las culturistas.

Que cruzaron una línea en la que su hipertrofia llegó a extremos inaceptables y para la gran mayoría de las practicantes eso dejó de ser femenino, atractivo y por tanto de valer la pena el esfuerzo.

El resultado es que el culturismo femenino prácticamente ha desaparecido como tal y sus sustitutos fueron el fitness, el bodyfitness y más recientemente las categorías Bikini los que recogieron el testigo del entrenamiento con pesas en las mujeres y eso ha devuelto la popularidad del gimnasio y hasta las competiciones a éstas.

Los que ponen límites al tamaño que alguien debe acumular aluden que además tanto músculo no puede ser bueno para la salud.

En el otro extremo nos encontramos con los culturistas acérrimos, que consideran que cuanto más músculo puedan desarrollar mejor.

El volumen del músculo como tal no tiene que tener límites para éstos atletas, más allá de los que imponga su propia limitación genética. Para éstos, como es obvio los máximos exponentes son Coleman, Cutler, Ruhl, Kai, Heath, Big Ramy y todos los monstruos sagrados del culturismo.

Para éstos la máxima hipertrofia es bonita y saludable.

Desde un punto de vista estético es imposible inclinarse por una u otra opción, simplemente porque como dice el refrán la belleza depende del ojo del observador y desde un punto de vista ético es igualmente ambiguo, puesto que los límites en este sentido los marca cada uno, tanto al nivel individual, como colectivo a través de las asociaciones que rigen este deporte, que son las autorizadas para poner, o no, límites en el desarrollo de sus atletas.

Que lo que guste a unos no guste a otros es bastante corriente, porque así es la vida.

Músculo si, pero con salud

Ahora bien, en cuanto a la pregunta ¿Hasta qué punto es bueno, o saludable, tener músculos grandes? Ese es otro tema y en este caso bastante simple, el músculo es un tejido noble que constituye más de dos terceras partes del volumen de nuestro cuerpo.

Los músculos proporcionan el volumen y las formas corporales y gracias a ellos podemos movernos, puesto que son los que garantizan la movilidad del aparato locomotor.

Cuando hablamos de carne, lo hacemos intrínsecamente de músculos, puesto que el resto son los huesos o la grasa y la piel que lo envuelve todo.

Además, el tejido muscular lleva a cabo importantes funciones, desde ser la reserva de aminoácidos y glucógeno, hasta ayudar a bombear sangre con sus contracciones mediante una densa red de capilares, etcétera.

En este sentido, en el aspecto saludable, el músculo constituye un parámetro positivo porque favorece las buenas funciones orgánicas y contribuye a la regulación del metabolismo. Y en este contexto, cuanto más músculo mejor que mejor.

Existen numerosos y sólidos argumentos científicos que ponen de manifiesto que poseer una buena musculatura es sinónimo de buena salud, de mejor respuesta inmune y hasta de antídoto contra el envejecimiento.

Por tanto, desde un punto médico no hay duda de que los músculos son saludables, otra cosa es el tema estético que siempre es discutible y personal, así como el límite del tamaño.

Básicamente el músculo se atrofia y empequeñece por la inactividad o se hipertrofia y agranda con la actividad y lo segundo es siempre positivo.

En mi opinión, el límite al tamaño muscular debe ponerlo uno mismo, ejerciendo su propia voluntad o bien en conciencia con sus gustos y valoraciones estéticas.

Pero mientras el crecimiento sea consecuencia natural del ejercicio y la alimentación y no esté inducido por sustancias químicas, física y médicamente no hay en ello más que beneficios.

Aquí os proporcionamos las claves para aumentar el tamaño de vuestros músculos, a través del ejercicio y de la alimentación adecuados, luego vosotros decidís hasta dónde llegar.

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